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Si no vas a esforzarte, ¿para qué quieres estar en una relación?

 


Considero que existen cuatro etapas que una persona debe superar después de una ruptura amorosa antes de encontrar pareja. Sin embargo, aclaro que hablo desde mi propia experiencia y que no soy psicóloga ni tampoco he dedicado mi vida al estudio de la mente humana. Soy simplemente una observadora, alguien que disfruta analizando en privado el comportamiento humano.


La etapa de estar solo


Creo que después de una ruptura amorosa lo peor que podemos hacer es buscar una nueva pareja que reemplace la anterior, esto con la vieja idea de que «un clavo saca a otro clavo». Sin embargo, esperar a que otra persona mágicamente arregle nuestros problemas y sane nuestro dolor no está bien, como lo expliqué en el artículo ¿Quieres serel salvador o salvadora de alguien? Piénsalo dos veces.


La necesidad de atención y aprobación de terceras personas solo demuestra nuestra falta de autoestima. No podemos esperar que otra persona nos salve, porque solo nosotros podemos salvarnos a nosotros mismos.


Buscar compañía para no sentirnos tan solos, para sentirnos aprobados, para sentirnos reconocidos, solo apaciguará nuestro malestar por un tiempo, mas no resolverá el problema.


De ahí que sea necesario aprender a estar con nosotros mismos, a conectar con nuestras emociones y a escuchar las necesidades de nuestro niño interior.


Además, buscar pareja desde la necesidad y no desde el querer puede conllevar problemas en nuestras relaciones futuras, porque, sino logramos sanar nuestras inseguridades, ni trabajamos en nosotros mismos, vamos a cometer los mismos errores del pasado o peor aún, dejaremos ir una oportunidad por miedo a arruinarla.


No tengas miedo de estar solo, te aseguro que nada malo va a pasar. No lo veas como una obligación, velo como una oportunidad de crecimiento, como la decisión voluntaria de invertir en ti.


En tu mundo, tú debes ser la persona más importante, tú debes ser tu fan número uno. Usa ese tiempo para hacer las cosas que siempre quisiste, pero nunca hiciste por miedo al qué dirán. Úsalo para hacer esas actividades que dejaste de hacer porque a tus exparejas no les gustaba. Pero, sobre todo, úsalo para reconectarte contigo mismo, para sanar las heridas de tu niño interior. Complácelo, hazlo feliz.


No esperes que otros te amen si tú mismo no te amas. Ámate para que puedas sentirte amado por otras personas y sin sentir culpa de ese amor.


La etapa del rechazo


Una vez que has aprendido a estar contigo mismo sin sentirte mal o desdichado, viene una etapa que parece simple, pero no lo es, y es aquella en la que debes aprender a decir que no.


Rechazar implica decir no a lo que sabes que te hará daño, decir no a aquellos que no están dispuestos a demostrarte el afecto que tú te mereces y a decir no a aquellas aventuras efímeras que no llevan a ningún lado.


Si pierdes el tiempo con alguien que no te conviene, sabiendo que no te conviene, más tiempo tardarás en encontrar a la persona indicada. Al contrario, mientras más personas rechaces más cerca estarás de dar con ella.


Muchas veces, en el camino de rechazo nos sentimos desanimados, porque creemos que nunca vamos a encontrar lo que buscamos, que tal vez estamos siendo demasiado exigentes y que quizás debemos replantear nuestras opciones.


Pero quiero que sepas que tú no eres el problema. No tienes por qué sentirte mal si no logras conectar con alguien o si, al contrario, alguien con el que conectaste te rechaza. Recuerda que todos vivimos experiencias distintas y, por ende, tenemos necesidades distintas.


Quizás esa persona que nos llamó la atención está en su propia búsqueda, quizás no está lista para una relación porque no ha superado la primera etapa.


No te tomes el rechazo de forma personal, aprende a aceptarlo y a seguir tu camino. Esta bien, somos adultos, podemos resolverlo, ya vendrán otras oportunidades.


Y si eres tú el que rechaza, tampoco te sientas mal, aprovecha el tiempo para practicar el coqueteo, para conocer tus gustos, para entender mejor qué es lo que te hace feliz.


Recuerda que el “no” tiene que provenir de tus necesidades y no de tus caprichos.


Reconocer qué es lo que quieres


Ya hice un post hablando de ello en: Quiero un hombre que me proteja, artículo en el que me atreví a enlistar las cualidades que esperaba de mi siguiente novio.


Y es que escoger pareja es una de las decisiones más importantes y difíciles en nuestra vida, pues se trata de elegir a alguien con el que pasaremos el resto de nuestros días, al menos en teoría.


Por esta razón considero que no es buena idea contenerse respecto a lo que queremos, ni mucho menos avergonzarnos por ello.


Tus necesidades son distintas a las necesidades de los demás y está bien, porque ser diferente no te hace malo.


Aprender a aceptar lo que a ti te gusta y lo que a ti te atrae, es una decisión fundamentada en el respeto a ti mismo, no importa que la sociedad te haga sentir lo contrario.


Deja de engañarte, deja de mentirte, deja de perder el tiempo esperando a que tus gustos se reestructuren o se reajusten a los gustos mayoritarios.


De ser el caso, aprende a hacer oídos sordos a lo que digan los demás. No digo que está mal escuchar consejos, solo digo que debes aprender a escucharte primer a ti mismo antes que a los otros, incluso si esos otros son tus amigos o familiares.


Los demás no pueden decidir por ti, ellos no pueden saber, como tú, lo que te hace feliz. Es tu vida, tú eres el protagonista de tu historia, no lo es tu mamá, tu prima, tu tío, etc.


Yo viví mucho tiempo creyendo que el sexo era mi obligación como pareja, y que debía hacerlo, porque era como una lista de cosas por hacer dentro de una relación. Pospuse mis necesidades para encajar en un molde creado por la sociedad actual, hasta que aprendí que soy distinta y que está bien decir no cuando realmente quiero decir no.


No te cohíbas, no te sientas culpable por no desear lo que todos desean. ¿Quieres hijos, aunque todas tus amigas te digan que no? Tenlos. ¿Quieres ser un ama de casa y atender a tu esposo todos los días? Hazlo.


Siempre que sea una decisión y no una obligación todo estará bien, porque se trata de ti y nadie te conoce mejor que tú.


Esfuérzate en lugar de esperar


Esforzarse es algo que muchos no quieren hacer hoy en día, porque implica dejarse llevar por las emociones, porque significa mostrarse vulnerable ante los otros, ante personas que potencialmente podría lastimarlos.


Pero sino estás dispuestos a esforzarte una y otra vez, ¿para qué quieres estar en una relación?


Supongamos que ya aprendiste a estar contigo mismo, a rechazar y ser rechazado y a aceptar lo que quieres. ¿Qué sigue? Tener citas, por supuesto, pero aquí algo falla. Si algo no sale como lo planeas te aburres y entonces comienzas a cerrarte emocionalmente.


Si estás en ese dilema de que no sabes en cuánto tiempo contestarle a una persona, si a los cinco minutos o a las cinco horas, si tratas de no parecer muy intenso y a la vez deseas serlo, sal de ahí, rompe el círculo vicioso. No te lo quiero decir, ¡pero lo estás pensando demasiado!


Quieres cosas y a la vez tienes miedo de dar esas mismas cosas.


Quieres atención, pero no dar demasiada atención a alguien.


Quieres que confíen en ti, pero tú no confías en nadie.


¿Cómo esperas que te acepten cuando no has intentado aceptar a la otra persona?


Todo tiene que ser equitativo. La búsqueda de pareja conlleva el riesgo de que nos lastimen. Es cierto, asusta, a mi también me daba miedo.


Pero si ya has superado las tres etapas anteriores, significa que eres una persona fuerte y que no te van a derrumbar tan fácil. Si llegaste hasta aquí, estoy segura de que puedes soportarlo.


No te cierres al amor solo porque alguien te hizo daño en el pasado, solo porque no funcionó antes. No pierdas la oportunidad de dar con alguien que está dispuesto a darte todo, solo porque tú tienes miedo de dar lo mismo.


Y si tienes sentimientos por alguien, no te avergüences, el amor no es malo, solo es malo cuando no sabes cuándo salir de ahí.


Encontrar el amor implica esforzarse, porque seguro tú eres alguien que merezca el esfuerzo.


Distinto es no saber poner límites, no lo confundas. Una cosa es decirle a alguien que no, porque no hay una conexión emocional o porque no tiene las cualidades que buscas, a decirle que no a alguien solo por miedo a que te rechace después.


Hay oportunidades que se presentan una sola vez en la vida, e incluso si reaparecen, pueda que no en la forma en la que queremos.


No desaproveches, no dejes ir a esa persona importante por culpa de salir lastimado.


Si quieres que la otra persona se esfuerce por ti, debes estar dispuesto a esforzarte por ella.


El noviazgo, el compromiso o el matrimonio exigen esfuerzo en común. Dar para recibir y no solo recibir. Para que una relación prospere debes considerar las necesidades de tu pareja y no solo las tuyas, porque nadie se va a quedar en un sitio donde se sienta poco valorado.


Distinto es que seas tú el que siempre dé sin recibir nada a cambio. Pero incluso así, esfuérzate, pon tu empeño en que las cosas salgan bien, así la otra persona no te corresponda, porque si llega el caso y la relación se termina, tú puedes irte con la conciencia tranquila.


Si a pesar de que lo diste todo, las cosas no funcionaron, mantén la calma, porque la culpa no es tuya, tú hiciste lo que debías hacer, no te quedes donde no te valoran.


En cambio, si te sigues esforzando, te aseguro que tarde o temprano vendrá alguien que valore ese esfuerzo y te lo recompense.



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