En mi entrada pasada me atreví a
reconocer mi deseo de estar con un hombre que me proteja, y esto quizás puede
haber llevado a confusiones o malentendidos que quisiera aclarar en este post.
No está mal que estando solo o
sola quieras estar con alguien. No está mal desear tu vida al lado de otra
persona. No está mal querer tener una historia de amor tradicional. Desear no
es malo, pero antes de estar con alguien, de dar uno de los pasos más
importantes en tu vida, asegúrate de estar bien y sentirte bien contigo mismo.
Hace poco volví a darme la
oportunidad de tener citas por internet. Una de las razones por las que lo hice
fue para demostrarme a mí misma que no estaba huyendo de las relaciones, que no
tenía miedo de dar ese paso y, sobre todo, que era capaz de elegir
correctamente.
Quiero decir, ¿de qué sirve
hablar tanto sobre feminismo o relaciones si no soy capaz de aplicar mis
propios consejos?
Fue un periodo corto, ¡pero tan
revelador! Una de las cosas que aprendí fue a reafirmar el tipo de persona con
el que quiero estar y la que no, a soltar cuando veo que la relación no se dirige
al lugar donde quiero estar y, en especial, a aceptar el rechazo y no tomarlo
como algo personal.
Puedo confiar en que la yo de
ahora tomará una buena decisión. Sabrá elegir de acuerdo con sus convicciones,
sabrá poner límites cuando lo sienta necesario y, de todas formas, si decide
mal, sabrá recuperarse de sus falsas ilusiones.
En todo caso, sin importar el
camino que elija, estaré bien.
Pero la razón por la que pude llegar
a ese punto es porque me siento a gusto conmigo misma. Y aunque no lo parezca, lo
más difícil de iniciar una nueva relación no es encontrar a alguien con tus
mismos gustos y afinidades, es aprender a amarte tal cual eres.
Si te preguntas por qué razón
atraes gente tóxica a tu vida, si te preguntas por qué tus relaciones no
funcionan, si te preguntas por qué la gente se aprovecha de ti, si te preguntas
por qué nadie te invita a salir. Pregúntate antes, ¿me siento a gusto con la persona
que soy ahora?
Y si por casualidad la respuesta
es no, quiero decirte que no estás listo o lista para estar con alguien. ¿Cómo
vas a estar listo para recibir amor de otra persona si no te amas a ti?
Imagínate que encuentras al amor
de tu vida. Él o ella está dispuesto a darte amor, a escucharte, a estar
contigo en los momentos difíciles, ¿cierto? Pero si eres una persona insegura,
una persona que no se siente bien con quien es, tarde o temprano comenzarás a
cuestionar si ese amor que recibes es real, o peor aún, si alguien como tú
merece recibir esa clase de amor.
Ahí es cuando comienzas a huir y
cometes errores de los que después te arrepientes, porque no estás lista,
porque no has sanado tus heridas pasadas, porque todavía dejas que tus miedos e
inseguridades te dominen.
Ahora imagínate que no te topas con
el amor de tu vida, sino con un narcisista. Si tu eres una persona con tendencia
a depender emocionalmente de otros y poner a otros por encima de ti, quien
llegue va a terminar de destruir quién eres.
La principal razón de que no sepamos
escoger nuestros amores, es porque no sabemos cómo lidiar con nosotros, es
porque no sabemos cómo estar solos. Nos asusta, no, nos aterra.
Te invito a leer: Ir solo al cine, ¿una pesadilla? Y ¿Qué tanto callamos los callados?
Si sales a cualquier parte comienzas
a sentirte mal, sientes las miradas de los demás sobre ti, escuchas voces y
crees que las personas hablan mal de ti, que se ríen a tus espaldas, ¿no es
así? Bien, pues déjame despertarte otro miedo: esos juicios nunca se irán, ni
estando solo ni con alguien. Pero lo importante es que tú seas capaz de enfrentarlos.
Aunque las críticas nos duelan,
no podemos permitir que nos destruyan. Tenemos que ser capaces de sobreponernos,
porque al final del día solo podemos contar con nosotros mismos.
Chico o chica es momento de que
empieces a trabajar en ti.
Sino sabes cómo hacerlo, comienza
mirándote a un espejo, literalmente, y pregúntate cosas: ¿Cómo estoy? ¿Me veo
bien? ¿Me gusta mi cabello? ¿Me gusta mi cuerpo?
Sal, ve a hacer el mercado tu
sola, ve al cine sola, sal a comer sola, que las miradas ajenas no interrumpan
tu momento.
¿Nunca tomaste esas clases de
salsa que querías porque no tenías pareja? ¿Siempre quisiste aprender a tocar la
guitarra y nunca tuviste la oportunidad? ¿Siempre quisiste tener el cabello
rosa? Ve, hazlo, anímate a experimentar cosas nuevas. Ahora es cuando. No te
preocupes, sino te gusta, puedes volver a tinturarlo.
Si no encontraste a nadie que te
acompañara a esa exposición, a ese concierto, a ese evento que tanto te llama
la atención, ve tu solo, te aseguro que lo peor que puede pasar es que hagas
nuevos amigos.
Casi todos esos miedos que
sentimos cuando estamos solos, en realidad solo están en nuestra cabeza.
He estado sola cientos de veces y
nunca algo malo me ha pasado. Por supuesto, no puedo negar que no siempre estoy
cómoda y que a veces siento que llamo mucho la atención, pero no dejo que eso
me perturbe, porque no me permito negarme ningún placer para consentir los deseos
ajenos y las críticas.
Yo soy la dueña de mi propia vida
y de mis propios deseos y si a la gente no le gusta, es problema de ellos, no
mío. Mis gustos no tienen por qué ser tendencia mundial.
¿Pero crees que este amor propio
se cultiva de la noche a la mañana? A mí me tomó años sanar todas mis heridas y
a día de hoy todavía sigo sanándome a mí misma, porque cada vez me enfrento con
un desafío distinto.
Pero ese cambio no va a venir de
alguien más, ese cambio va a venir de ti. Si no estas conforme con tu apariencia
comienza cambiando tu champú. Compra ropa nueva, experimenta nuevos estilos. Aprende
a tomarte fotos, aprende a vestirte bien. Cuida tu cuerpo, haz ejercicio, come
sano. Y aquello que no puedas cambiar, ámalo.
Ama tus estrías, ama tus pechos,
ama tus lunares, ama tu voz, ama tu estatura, ama tus bellos, ámate, pero
también, respétate. Respeta a tu cuerpo, aprende a escuchar sus necesidades y
priorízalas.
Finalmente, si quieres saber
cuáles fueron mis trucos para aprender a amarme, házmelo saber en un comentario
para mi siguiente post.